En un movimiento sorpresivo, el Senado aprobó una iniciativa para que le Secretaría de Gobernación (Segob) vigile el contenido de los videojuegos y haga su propia clasificación. Según las palabras del senador Carlos Puente Salas, del Partido Verde “se pretende dar facultades a la Segob para que realice las clasificaciones y que éstas se encuentren en el producto, en nuestro idioma, y que todos los mexicanos puedan tener claro qué artículo le están comprando a los niños.”

Dado que los videojuegos ya vienen con la clasificación del ESRB (Entertainment Software Rating Board), que abarca desde juegos para niños (eC = Early Childhood) hasta los exclusivos para adultos (Ao = Adult Only), esta parece una medida más para restringir la venta de los videojuegos en México, ya que las compañías tendrán que pagarle a la Segob para la revisión y clasificación de sus juegos, y quienes terminaremos absorbiendo ese gasto seremos (como siempre) los consumidores.

El senador del Partido Verde parece admitir la medida, diciendo: “la realidad es que hoy cuando los padres de familia adquieren videojuegos, es cierto, tienen una regulación, pero que no es expedida por nuestro país.” Que parece disminuir el trabajo que ya hace el ESRB, quien aparte pone su clasificación en inglés y español (como pueden ver aquí en su página oficial) y quienes pertenecen al International Age Rating Coalition (Coalición Internacional de Clasificación por Edad).

Esto, al mismo tiempo, podría hacer que ciertos títulos se tarden más en llegar al mercado mexicano o que ni siquiera lleguen al mismo, ya que es un proceso y gasto extra que los productores tienen que considerar.

Si consideran que el mercado mexicano es lo suficientemente grande para absorber el costo, el juego puede tardar más en llegar en lo que la Segob da su clasificación; si no consideran que el juego tenga la suficiente demanda, es más barato no ponerlo en el mercado mexicano. Además debemos mencionar que el Senado asume que todos los videojuegos son para niños, aunque la mayor parte de los consumidores sean adultos, o al menos adolescentes.

La senadora Cristina Díaz Salazar, presidenta de la Comisión de Gobernación, dijo que “los estudios realizados en la materia señalan que el hecho de jugar a menudo videojuegos incrementa a largo plazo comportamientos agresivos, independientemente del sexo, la edad, el grado de agresividad de los individuos y la intervención de los padres.” Aunque dichos estudios han sido refutados y es simplemente otro chivo expiatorio para problemas más profundos a los que el gobierno culpa por tener algo que culpar (como lo fue, en su momento, la música de Marilyn Manson, la música de los Beatles, el cine violento, la canción Gloomy Sunday que supuestamente incitaba al suicidio, y muchos ejemplos más).

Dado el precio tan fluctuante del dólar, agregarle lo que sería un impuesto extra podría afectar severamente a los gamers mexicanos.