Cuando me enteré que CW preparaba una serie sobre el popular comic Archie pensé: “¿Qué pueden hacer de algo cómo Archie?”.

Para mi Archie y sus amigos siempre fueron ese grupo de aburridísimos personajes que no me hacían mirar dos veces el estante en la tienda de revistas y me invitaban a pensar en hacer mi tarea, limpiar mi cuarto o aventarme del segundo piso por lo aburrido que me resultaban. Porque siendo honestos sólo era un chico pelirrojo de mejillas demasiado redondas conduciendo un auto rojo, tocando la guitarra, que se debatía entre dos chicas y paseaba con su ridículo amigo Torombolo.


Truth be told

Tras aventurarme a ver el primer episodio puedo decir que lejos quedaron las mejillas regordetas y los inocentes dibujos que bailaban al ritmo de la guitarra de Archie.


Weeeeell… ¡Hello, Riverdale!

La serie se centra en Archie y sus amigos Betty, Veronica y Jughead convertidos por las circunstancias en nuevos scoobies resolviendo misterios, investigando asesinatos, en relaciones incestuosas con maestros y hermanos, buscando justicia para los desvalidos y marginales, lidiando con mafiosos, pandillas de motociclistas y porristas que parecen haber sido entrenadas por la mismísima Regina George.

La tensión por ganar la atención de Archie existe entre B&V pero las cosas se ponen interesantes cuando pasan de ser dos personajes femeninos desesperados por la atención de un hombre a dos amigas dispuestas a apoyarse en todo de todas las maneras posibles.

Les juro que aquí se están demostrando apoyo la una a la otra en una situación difícil.

Jughead pasó de ser un hombrecillo ridículo y hambriento a un marginal con una habilidad para desenredar misterios y sobrevivir en tiempos difíciles.

A un capítulo del final de temporada y tras confirmarse la renovación para una segunda temporada nos quedan algunas interrogantes que resolver siendo la principal: ¿Qué puede ser más retorcido que lo que hemos visto hasta ahora?

No tengo idea pero no puedo esperar por eso.