Este es el episodio donde la crítica se enamoró de esta serie, y no es difícil ver por qué. En este episodio es donde finalmente se empieza a ver la trama que guiará a la serie toda la temporada (y la siguiente).

En lugar de empezar con el segmento de “Llegando a América”, este episodio tenemos dos segmentos de “En algún lugar de América”. En el primero vemos a una mujer, inmigrante egipcia, intentando agarrar un frasco muy alto mientras su gata egipcia la mira y se queja. Cuando considera que la comida le quedó perfecta, alguien toca a la puerta.

Ahora, claro que si un hombre desconocido toca a tu puerta y te dice “estás muerta”, uno no cree que ya moriste, y la abuela le dice que se puede llevar todo. Pero no es lo que el hombre quiere, le repite que ya murió y es cuando nuestra abuela egipcia mira al suelo y ve su cadáver.

Reconociendo al extraño como Anubis (dios egipcio que lleva a las almas a su destino), ella decide seguirlo (por supuesto, después de decirle que es un hogar musulmán, pero Anubis le recuerda que solía ser una niña que creía en los dioses egipcios, gracias a su propia abuela). Suben por la escalera de emergencia, que luego se convierte en una escalera de piedra, que luego lleva a un desierto donde está una balanza, y Anubis arranca el corazón de la abuela (a lo que ella le responde “Oye, estaba usando eso”)

Cuando un hombre te roba el corazón…literalmente.

Sin más rollos, ella es jugada por la balanza y Anubis le indica que puede escoger su camino, pero no puede decirle cuál puerta lleva al destino que quiere, es su elección. La mujer sigue insegura, pero escoge una puerta… y se da vuelta porque todavía no sabe si es la correcta. La gata (que, por supuesto, los siguió a las puertas del inframundo) se cansa de tanto filler y la empuja por la puerta.

Y con esto regresamos con Shadow, quien intenta dormir en casa de Czernobog y sus hermanas. Una sombra pasa frente a él (o sea, una sombra pasa frente a otra sombra), y lo despierta; así que Shadow la sigue por la escalera de emergencia.

Este show es traído a ustedes por las escaleras de emergencia.

Claro, al llegar al techo, una voz femenina le dice que tenga cuidado, el búfalo lo está esperando. Shadow suma dos más dos y deduce que esta es Zorya Polunochnaya (si tienen problemas para pronunciarlo, no se preocupen, Shadow también). Zorya Polunochnaya le dice que las tres hermanas siempre vigilan el cielo, porque si la Osa Mayor se escapa, traería algo muy malo.

Zorya Polunochnaya también le lee la fortuna a Shadow, pero la de ella es más directa; le lee la mano y le dice que tiene algo, pero luego lo ve a los ojos y se da cuenta que es todo lo opuesto. Le dice lo que podría ser la frase más acertada del episodio “No crees en nada así que no tienes nada,” y que tenía algo, pero lo perdió (y no, no habla de su esposa) así que Zorya Polunochnaya le hace un trato, pero primero tiene que besarla.

Digo, ¿cómo va a saber si le gusta si nunca lo ha hecho?

No le da mucha opción a Shadow, ya que lo besa antes que pueda decir dos palabras. Y, spoiler alert, se le hizo desagradable…en una buena manera. Zorya Polunochnaya cumple su parte del trato regalándole a Shadow la luna.

Muchos prometen regalarte el sol y la luna, pero ella sí lo cumple.

Cuando Zorya Polunochnaya agarra la luna, esta se transforma en una moneda y le advierte a Shadow que esta no la regale. Él ya tenía el sol y lo regaló, ella sólo le puede regalar la luna. Con un beso final, Zorya Polunochnaya le dice a Shadow que despierte. Shadow se encuentra de nuevo en el sofá y le pide la revancha a Czernobog. ¿Cómo lo convence? Insultándolo con que ya está viejo y es probable que no lo pueda matar a la primera.

Oh, claro, insulta al señor del martillo… al otro señor del martillo.

Y del otro lado del depa, Wednesday intenta seducir a Zorya Utrenyaya (por algo tengo que escribir sus dos nombres, chavos…), los dos se ponen a recordar mejores épocas y Wednesday la convence de que le lea la fortuna y que tomen un paseo nocturno. Wednesday le roba un beso a Zorya Utrenyaya y automáticamente empieza la tormenta.

La tormenta literal, la figurativa todavía viene en camino.

Shadow gana su revancha contra Czernobog (el trato ahora es que Czernobog va con ellos y puede golpear a Shadow con su martillo cuando todo termine). Y a la mañana siguiente se despierta para ver que el depa no tiene escalera de emergencia.

Shadow tal vez esté perdiendo la cabeza.

Después que Wednesday se alegra que ya esté despierto (“arréglate rápido, vamos a robar un banco”). La acción cambia a Mad Sweeney, noqueado en el baño del bar del primer episodio. Parece que esto es algo muy común para él, hasta la forma en que lo despiertan.

Una escopeta en la frente también me despertaría a mí, no sé ustedes…

Mad Sweeney se burla un poco, seguro que la escopeta va a fallar otra vez, así que realmente se sorprende cuando la bartender revienta la botella trae en la mano. Sweeney decide salir de ahí y tomar la carretera, donde un alcohólico en recuperación le ofrece llevarlo por una parte de la carretera. Mad Sweeney accede a regañadientes y, unos metros después, una viga se zafa del camión de enfrente y mata al conductor.

¿Qué? ¿Creían que iba a poner la imagen? Por favor…

Cuando la policía investiga el incidente, el conductor del camión dice que fue algo de muy mala suerte, lo que hace que Sweeney entre en pánico y empiece a sacar monedas de todas partes, buscando algo en especial. Mad Sweeney tiene un destino ahora para recuperar su suerte.

Y con esto pasamos a la segunda sección de “En algún lugar de América”, donde un vendedor árabe (Salim) espera pacientemente su cita en una oficina. Pasa la mayor parte del día ahí sin que nadie lo pele y con la secretaria dándole largas.

¿Por qué me suena tan conocido?

Después que básicamente lo echan del lugar (porque ya es muy tarde y el dueño ya no va a volver, aunque nunca lo vio salir), a Salim lo atrapa la tormenta mientras todos los taxis lo ignoran. Bueno, todos menos uno, de un taxista también árabe, y Salim se da cuenta cuando una camioneta se pasa un alto y el taxista tiene unas palabras muy…coloridas para el conductor.

Suena más poético en árabe, creo.

Los dos hombres se ponen a hablar, y juntos recuerdan lo que era estar en Medio Oriente, especialmente Oman, de donde viene Salim. El taxista le pregunta si conoce Ubar, la ciudad perdida de las torres, también conocida como Atlantis de las Arenas. Entre más se conocen, los dos hombres empiezan a conectarse, hasta que Salim se atreve a poner su mano en el hombro del taxista durante un embotellamiento.

¿Mala idea o buena idea?

Salim sabe lo suficiente de su cultura para reconocer que su taxista es un Djinn (técnicamente un Ifrit, pero a quién le importa), pero no parece tan sorprendido, aparentemente su abuela juraba haber visto un Ifrit en el desierto en su tierra nativa. Sintiendo una mayor conexión con el Ifrit, Salim lo invita a su cuarto de hotel, el taxista no sabe qué hacer.

¿Spoiler alert?

La escena siguiente es bastante romántica, pero por varias razones no podemos poner screencaps, basta decir que Salim y el Ifrit se conectaron de varias maneras y el ifrit dejó algo de sí mismo en Salim.

Pero tal vez no lo que creen.

Salim despierta al día siguiente para darse cuenta que el Ifrit ya no está, pero tampoco la ropa o las pertenencias de Salim; lo bueno, parece que le dejó su ropa y su licencia de conducir (la cual no tiene ni el nombre ni la cara del Djinn). Salim felizmente adopta su nueva vida como taxista de Nueva York. Los espectadores astutos notarán que el traje de Salim era el mismo que el Ifrit usó en el episodio anterior, donde Shadow se lo topó por un segundo después que hablara con Wednesday.

Así que ahora Shadow lleva a Wednesday al banco, donde éste pregunta dónde puede hacer un depósito mientras el banco está cerrado y se roba algunas de las tarjetas para depositar efectivo. Todo se ve bien, pero como Shadow acaba de salir de la cárcel, no le interesa volver y tiene la sospecha de que lo están vigilando.

¿Se puede llamar paranoia si alguien sí te está vigilando?

Wednesday le dice a Shadow que no se preocupe, pero más importante, que piense en nieve. Claro que Shadow no entiende qué tiene que ver la nieve con todo esto, pero su jefe le repite lo mismo, que piense en toda la ciudad cubierta de nieve. Cuando Wednesday necesita sacar unas copias, nota que la mujer frente a ellos trae propaganda cristiana, y se inventa todo un discurso sobre que a Jesús le está yendo muy bien estos días… a todos los Jesús, el negro, el blanco, el mexicano y el asiático…

Y…aparentemente el Jesús blanco le está imprimiendo su póster.

Shadow se concentra nuevamente en la nieve mientras Wednesday imprime lo que ocupa, pero realmente se sorprende cuando su jefe le dice que es más que suficiente, voltea atrás y ve la ciudad cubierta de blanco. Wednesday lo invita a comer y Shadow todavía se muestra incrédulo al hecho de que él pudiera hacer eso, y le pregunta cuál es el truco. Wednesday no lo quiere decir y qué bueno que Mad Sweeney llega justo en ese momento para demandarle su moneda a Shadow.

Muy oportuno, ¿no?

Después de discutir un poco más, Shadow le dice que sí le puede devolver su moneda, si va a recogerla de la tumba de su esposa a dos estados de distancia. Aparentemente, sus términos son aceptables para Sweeney, quien se va muy felizmente del lugar.

Ilustrado: la definición de “felizmente.”

Así que llegó la hora de robar el banco: Wednesday se viste como guardia de seguridad y le dice a Shadow que espere al lado del teléfono público (y lo más increíble del plan es que todavía existan teléfonos públicos). El viejo estafador nos recuerda que puede ser muy convincente cuando varia gente llega a hacer depósitos al banco, ven la caja de depósitos con un letrero de “descompuesto” y le dan su dinero al agradable guardia sentado en la nieve.

Alguien a quien le puedes confiar tu dinero.

No pasa mucho tiempo antes que llegue la policía, pero Wednesday les da su tarjeta de presentación y, por supuesto, llega una llamada al teléfono al lado de Shadow. Éste demuestra que es muy bueno pensando rápido y convence al policía que el hombre frente al banco es un empleado y sólo está haciendo su trabajo. Después de otra discusión entre Shadow y Wednesday (esta vez sobre la naturaleza del país, cómo Wednesday se gana la vida y demás) nos pasamos a Mad Sweeney, quien se puso a cavar la tumba de Laura Moon y descubrió…nada.

De hecho, una nada con la forma y tamaño de su moneda.

El féretro estaba vacío y tampoco había moneda, así que… ¿Dónde está Laura? Eso es exactamente lo que no se preguntaba Shadow hasta que la ve en su cuarto de motel.

Hola, Cachorrito.

Este episodio fue donde realmente pasó de todo, se respondieron algunas preguntas, pero se abrieron como 20 más. De cualquier manera, las emociones estuvieron en alto y, aunque fueron demasiadas conversaciones y exposición, no se sintieron tan pesadas como el primero. Este episodio se lleva 5 lunas plateadas de 5.